El viaje de la memoria...



      Casi todos los viajes comienzan con un proyecto. Se elige el destino, se planifica la fecha, se busca toda la información posible sobre el lugar a visitar, se organiza lo necesario para llevar, etc. El final del viaje no llega con la vuelta, aún quedan unos cuantos días más en los que entre deshacer la maleta, descargar las fotos o videos, y entregar los regalos de recuerdo a los parientes y amigos, sigues rememorando y disfrutando de la experiencia viajera.

      Hay otros viajes que no comienzan con un proyecto, sino que somos proyectados hacia ellos. Son viajes mágicos sin planes, sin fechas, sin horarios, sin transporte, sin equipaje... Nos llevan a cualquier parte. Podemos viajar a un lugar que deseamos, o bien viajar a cualquier sitio donde hayamos estado y disfrutado. Si tenemos los ojos abiertos nos llevan donde queremos. Otras veces, cuando los tenemos cerrados, pueden llevarnos a lugares inesperados; y otras, las más especiales, nos dejan compartir el viaje, durante un efímero espacio de tiempo, con alguien a quien añoramos, aprovechando así, ese trayecto para contarle todo lo que nos faltó en su momento.

      Algunas veces, las más angustiosas, puede ocurrir en uno de esos viajes, que intentemos avanzar para llegar a un destino que no conseguimos encontrar, o bien porque no sabemos el camino o quizás porque se nos van entrelazando obstáculos... hasta que al final, ese lugar se desvanece y terminamos olvidando dónde queríamos ir, dejándonos con impresión de vacío y mal estar.

      El mejor viaje es a aquel lugar donde cuando llegamos, tenemos la intuición de haberlo visitado antes. Todo está un poco oscuro y silencioso, das una vuelta a tu alrededor y sabes exactamente lo que va a pasar, porque ahí has tenido que haber estado antes. Pero al abrir los ojos te embriaga una sensación de desconcierto, intentas recordarlo todo y no es posible verlo con la misma nitidez, entonces la duda que se plantea es si realmente ese lugar pertenece a un recuerdo, o si lo recuerdas porque se ha convertido en un hábito de tus viajes.

Comentarios

  1. Buen bucle final, sí señora XD. Lo mejor de los viajes es lo que consigues traerte de vuelta... y no me refiero a lo que hace que te falten maletas ;)

    PD: ¡¡Cómo me suena la foto!! jajajjaja

    Besos angelicales

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